jueves, 24 de mayo de 2007

'Remind me' o una de inmersiones infográficas

Por María Elena Vallés
Sociedad de la información; flujo, procesamiento y almacenamiento de datos; brecha digital; imperialismo cultural. Sólo de oír estos términos a uno le entra miedo. ¿Qué efecto produce ver ilustrados estos conceptos en una narración audiovisual?
Si algún valiente quiere probar, puede sumergirse en el mundo de las infografías, diagramas, esquemas y mapas que el estudio francés H5 creó para el clip del tema Remind me de Royksopp. Toda una declaración de intenciones para poner en evidencia el mundo de sobrecarga de información en el que estamos inmersos.
Un día cualquiera en la vida de una oficinista londinense –argumento en apariencia poco interesante y que nada tiene que ver con la letra de la canción- se convierte en un hipnótico baile de estadísticas y gráficos que no hacen más que destacar la frialdad y secuencialidad de nuestras vidas. Como diseñadores gráficos potencian al máximo la explicación del mundo a partir de la estadística e hiperbolizan la dimensión más superficial y material de la vida, dejándola al descubierto. Desnudan y desmenuzan al máximo cada una de las imágenes explicándolas hasta el extremo, sobreinformando al receptor de las mismas. Un paquete de cereales genera dos o tres secuencias más al respecto mediante gráficos que informan sobre su contenido nutricional. La presentación de la protagonista va precedida de ilustraciones sobre su sistema auditivo, circulatorio, etc. Incluso los movimientos son mecanizados. La protagonista es un muñecote, un pelele, su faz es inexpresiva, puede ser cualquiera de nosotros. Sólo trabaja con el ordenador e Internet, su dieta es a base de comida rápida, y lo más llamativo de todo: el único contacto humano que protagoniza es un gesto con la mano que pretende ser un saludo a otro habitante de ese gélido universo de infografías. Para más inri, el acto “se consuma” en la escalera -cómo no- mecánica.
Respondiendo a la pregunta del principio. Al espectador puede que le parezca divertido pero a la vez aterrador ver cómo el más pequeño aspecto de la manera en que vivimos puede ser trasladado a números. Todo es predecible y está controlado ¿Dónde queda el contenido inmaterial de nuestras acciones? Simplemente no entra dentro de la cadena de producción capitalista.

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