Por Lulú Sánchez
MY BABY SHOT ME DOWN
Kill Bill Vol. 1 y Vol. 2 (2003-2004)
Quentin Tarantino
Kill Bill es una encarnizada venganza.
Así, con tan solo un par de palabras, podría ser descrita una de las cintas más sanguinarias en la historia de Hollywood sellada por Quentin Tarantino.
Pero dejarlo ahí sería trivializar la complejidad de un cerebro cinéfilo que funciona como un crisol de la Gran Escuela del Cine de Artes Marciales, el anime y los westerns italianos; y que permite recrear un nuevo mundo cinematográfico de la más sanguinaria violencia y fascinación perversa.
El argumento de esta historia se cuenta en unas cuantas lineas: Mamba Negra (interpretada por Uma Thurman), integrante del Escuadrón de Asesinato de Víboras Mortíferas, decide retirarse del negocio y sin avisar al jefe de la banda, Bill (interpretado por David Carravine), empieza una nueva vida que no tarda en ser perturbada por sus anteriores compañeros. Atacada en el ensayo de su boda, Mamba Negra recibe un disparo en la cabeza que la deja en coma durante cuatro años mientras que el resto de los presentes en el ensayo son asesinados sin la mínima piedad. El despertar tras el coma marca el inicio del anunciado objetivo: matar a Bill.
Aunque este es el significado literal de la frase en inglés Kill Bill, existe también la interpretación de la palabra “bill” como “factura” y así el título juguetea con otra traducción que es: “Pagando Deudas”.
La interpretación del título en japonés toma un matiz más, ya que en ese idioma el título se lee como Kiru Biru, en el que el verbo Kiru significa cortar o rebanar, como con una katana.
Pero estas curiosidades son apenas las primeras joyitas que se pueden ir encontrando a lo largo de los dos volúmenes de Kill Bill y que permiten etiquetar la obra de Tarantino como Cine de Autor, que en su caso están selladas principalmente por la estructura no lineal de su narración.
La influencia asiática y el género de acción
El drama de gangsters Battless Without Honor and Hummanity, de Kinji Fukasaju sobre el declive de un clan Yakusa, se postula como una de las mayores influencias en la realización de Kill Bill.
Sin embargo las referencias al cine asiático pueden ser interminables, ya que en esta película Tarantino refleja toda aquella influencia que de niño adquirió con el boom del kung-fu de los setentas y de la Gran Escuela del Cine de Artes Marciales, en la que los Hermanos Shaw fueron sus imprescindibles.
Pero más allá de la influencia asiática en la trama y el estilo visual, Tarantino crea papeles que se convierten en homenajes para tres de los actores legendarios del género de las artes marciales: Sonny Chiba (quien interpreta a Hattori Hanzo, el famoso experto en espadas del cine japonés), Gordon Liu Chia-Hui (quien interpreta a Pei Mei “el monje de cejas blancas”) y David Carradine (como Bill, el protagonista de la cinta y que es considerado como uno de los actors que más aportó en la historia del cine para que los occidentales entendieran lo que significa el Kung Fu).
Entre líneas se va haciendo también un especial homenaje a Bruce Lee, con la aparición de detalles que lo caracterizaron en su trabajo cinematográfico.
Pero el cine asiático tiene un compañero, ya que el sabor del spaguetti western está tan presente, al grado de que algunos aseguran que si el realizador italiano Sergio Leone hubiese realizado alguna vez una película de artes marciales, sin duda hubiese sido muy parecida a Kill Bill.
Por la referencia a diversos géneros cinematográficos, la etiqueta Cine de Género también suele ser colocada a ojos cerrados en las películas de Tarantino. Sin embargo el clasificar Kill Bill como una película de acción no puede ser un error, ya que más que en sus anteriores cintas, el cine de acción es la línea que sigue de principio a fin.
Kill Bill Vol. 1 y Vol. 2 (2003-2004)
Quentin Tarantino
Kill Bill es una encarnizada venganza.
Así, con tan solo un par de palabras, podría ser descrita una de las cintas más sanguinarias en la historia de Hollywood sellada por Quentin Tarantino.
Pero dejarlo ahí sería trivializar la complejidad de un cerebro cinéfilo que funciona como un crisol de la Gran Escuela del Cine de Artes Marciales, el anime y los westerns italianos; y que permite recrear un nuevo mundo cinematográfico de la más sanguinaria violencia y fascinación perversa.
El argumento de esta historia se cuenta en unas cuantas lineas: Mamba Negra (interpretada por Uma Thurman), integrante del Escuadrón de Asesinato de Víboras Mortíferas, decide retirarse del negocio y sin avisar al jefe de la banda, Bill (interpretado por David Carravine), empieza una nueva vida que no tarda en ser perturbada por sus anteriores compañeros. Atacada en el ensayo de su boda, Mamba Negra recibe un disparo en la cabeza que la deja en coma durante cuatro años mientras que el resto de los presentes en el ensayo son asesinados sin la mínima piedad. El despertar tras el coma marca el inicio del anunciado objetivo: matar a Bill.
Aunque este es el significado literal de la frase en inglés Kill Bill, existe también la interpretación de la palabra “bill” como “factura” y así el título juguetea con otra traducción que es: “Pagando Deudas”.
La interpretación del título en japonés toma un matiz más, ya que en ese idioma el título se lee como Kiru Biru, en el que el verbo Kiru significa cortar o rebanar, como con una katana.
Pero estas curiosidades son apenas las primeras joyitas que se pueden ir encontrando a lo largo de los dos volúmenes de Kill Bill y que permiten etiquetar la obra de Tarantino como Cine de Autor, que en su caso están selladas principalmente por la estructura no lineal de su narración.
La influencia asiática y el género de acción
El drama de gangsters Battless Without Honor and Hummanity, de Kinji Fukasaju sobre el declive de un clan Yakusa, se postula como una de las mayores influencias en la realización de Kill Bill.
Sin embargo las referencias al cine asiático pueden ser interminables, ya que en esta película Tarantino refleja toda aquella influencia que de niño adquirió con el boom del kung-fu de los setentas y de la Gran Escuela del Cine de Artes Marciales, en la que los Hermanos Shaw fueron sus imprescindibles.
Pero más allá de la influencia asiática en la trama y el estilo visual, Tarantino crea papeles que se convierten en homenajes para tres de los actores legendarios del género de las artes marciales: Sonny Chiba (quien interpreta a Hattori Hanzo, el famoso experto en espadas del cine japonés), Gordon Liu Chia-Hui (quien interpreta a Pei Mei “el monje de cejas blancas”) y David Carradine (como Bill, el protagonista de la cinta y que es considerado como uno de los actors que más aportó en la historia del cine para que los occidentales entendieran lo que significa el Kung Fu).
Entre líneas se va haciendo también un especial homenaje a Bruce Lee, con la aparición de detalles que lo caracterizaron en su trabajo cinematográfico.
Pero el cine asiático tiene un compañero, ya que el sabor del spaguetti western está tan presente, al grado de que algunos aseguran que si el realizador italiano Sergio Leone hubiese realizado alguna vez una película de artes marciales, sin duda hubiese sido muy parecida a Kill Bill.
Por la referencia a diversos géneros cinematográficos, la etiqueta Cine de Género también suele ser colocada a ojos cerrados en las películas de Tarantino. Sin embargo el clasificar Kill Bill como una película de acción no puede ser un error, ya que más que en sus anteriores cintas, el cine de acción es la línea que sigue de principio a fin.
La estrategia de los dos volúmenes
Algunos la tachan de mera estrategia mercadológica. Y aunque esa fue la principal razón por la que Miramax –la productora de la cinta- planteó dividir Kill Bill en dos volúmenes, la estrategia vino acompañada de una impactante separación de estilos, estrategias narrativas e influencias cinematográficas.
La diferencia más evidente, y en mi opinión interesante, se encuentra en que la primera parte aparenta ser sólo una masacrante y sangrienta historia en la que nada parece tener sentido, mientras que en la segunda parte se explica y sustenta la tan sanguinaria sed de venganza que mueve a la protagonista (Uma Thurman), que en reiteradas ocasiones provoca que el espectador separe su vista de la pantalla.
Las diferencias en el cine asiático son otro punto que marca distinción en cada uno de los volúmenes.Las artes marciales en China y Japón tienen sus simbólicas diferencias y mientras en la primera parte las referencias al cine asiático de Japón son el platillo fuerte; en la segunda parte China es la que domina.
Para explicarlo, tanto los críticos como los seguidores del cine asiático, se fundamentan en que en el primer volumen el personaje de Hattori Hanzo (el fabricante de espadas interpretado por Sonny Chiba) se encarga de recrear el mundo de las artes marciales de Japón, mientras que en la segunda parte el monje “de cejas blancas” Pei Mei (interpretado por Gordon Liu) aporta lo respectivo a China.
Así es como se enriquece la división de ambos volúmenes, que no sólo mantuvieron en duda a los espectadores de una primera parte inconclusa, sino que los dejaron más que satisfechos con una contundente segunda parte.
'Bang bang (My baby shot me down)'
La música, como el cine, ocupa el primer lugar dentro de las pasiones de Tarantino. Por ello, y no sólo por lo brillante de los temas o de las estrellas musicales que figuran en ella, la banda sonora en esta cinta merece un apartado especial.
La importancia que tienen cada uno de los temas en la mente del director, permiten una curaduría exquisita que se va esparciendo a lo largo de la cinta.
Los planos musicales configuran una coreografía visual, que con elegancia y maestría mantienen en equilibro las emociones del espectador.
El tema de Nancy Sinatra Bang Bang (My Baby Shot Me Down) como apertura fue una de las primeras cosas que Tarantino tuvo claro respecto a Kill Bill, según comentó en reiteradas ocasiones tras el estreno de la primera parte de la cinta.
Tras este tema, muchos otros más que figuran en el sound track sirvieron para que el director se aclarara las ideas a la hora de escribir las escenas en el guión.
Quincy Jones, Johnny Cash y el gran genio italiano de la musicalización cinematográfica, Ennio Morricone; son algunas de las grandes figuras que aparecen en los créditos musicales de esta cinta.
En mención especial está la banda de las 5.6.7.8’s, que además de aportar el tema Woo Hoo, lo interpretan en pantalla representando el papel de la banda del House of Blue Leaves de Tokio. El contagioso ritmo de Woo Hoo hace bailar hasta al espectador, antes de que Mamba Negra tenga su espectacular enfrentamiento con Los 88 Locos que protegen a O-Ren Ishii.
Para la influencia oriental en la banda sonora, es invaluable el trabajo del productor The RZA, quien compuso la música original y seleccionó las canciones. Los antecedentes de The RZA se encuentran en la creación de la banda sonora de Ghost Dog: The Way of the Samurai, de Jim Jarmusch; y la producción de varios álbumes de la banda hip hopera Wu Tang Clan, que inspira sus sonidos en las cintas chinas de artes marciales.
Otro detalle en la musicalización es que se incluyen algunas piezas procedentes de bandas sonoras de clásicos del cine gore, como la sección de The Gran Duel, el western italiano de Luis Balaov o un clip del thriller Twisted Nerve, de Bernard Herrmann.
Algunos la tachan de mera estrategia mercadológica. Y aunque esa fue la principal razón por la que Miramax –la productora de la cinta- planteó dividir Kill Bill en dos volúmenes, la estrategia vino acompañada de una impactante separación de estilos, estrategias narrativas e influencias cinematográficas.
La diferencia más evidente, y en mi opinión interesante, se encuentra en que la primera parte aparenta ser sólo una masacrante y sangrienta historia en la que nada parece tener sentido, mientras que en la segunda parte se explica y sustenta la tan sanguinaria sed de venganza que mueve a la protagonista (Uma Thurman), que en reiteradas ocasiones provoca que el espectador separe su vista de la pantalla.
Las diferencias en el cine asiático son otro punto que marca distinción en cada uno de los volúmenes.Las artes marciales en China y Japón tienen sus simbólicas diferencias y mientras en la primera parte las referencias al cine asiático de Japón son el platillo fuerte; en la segunda parte China es la que domina.
Para explicarlo, tanto los críticos como los seguidores del cine asiático, se fundamentan en que en el primer volumen el personaje de Hattori Hanzo (el fabricante de espadas interpretado por Sonny Chiba) se encarga de recrear el mundo de las artes marciales de Japón, mientras que en la segunda parte el monje “de cejas blancas” Pei Mei (interpretado por Gordon Liu) aporta lo respectivo a China.
Así es como se enriquece la división de ambos volúmenes, que no sólo mantuvieron en duda a los espectadores de una primera parte inconclusa, sino que los dejaron más que satisfechos con una contundente segunda parte.
'Bang bang (My baby shot me down)'
La música, como el cine, ocupa el primer lugar dentro de las pasiones de Tarantino. Por ello, y no sólo por lo brillante de los temas o de las estrellas musicales que figuran en ella, la banda sonora en esta cinta merece un apartado especial.
La importancia que tienen cada uno de los temas en la mente del director, permiten una curaduría exquisita que se va esparciendo a lo largo de la cinta.
Los planos musicales configuran una coreografía visual, que con elegancia y maestría mantienen en equilibro las emociones del espectador.
El tema de Nancy Sinatra Bang Bang (My Baby Shot Me Down) como apertura fue una de las primeras cosas que Tarantino tuvo claro respecto a Kill Bill, según comentó en reiteradas ocasiones tras el estreno de la primera parte de la cinta.
Tras este tema, muchos otros más que figuran en el sound track sirvieron para que el director se aclarara las ideas a la hora de escribir las escenas en el guión.
Quincy Jones, Johnny Cash y el gran genio italiano de la musicalización cinematográfica, Ennio Morricone; son algunas de las grandes figuras que aparecen en los créditos musicales de esta cinta.
En mención especial está la banda de las 5.6.7.8’s, que además de aportar el tema Woo Hoo, lo interpretan en pantalla representando el papel de la banda del House of Blue Leaves de Tokio. El contagioso ritmo de Woo Hoo hace bailar hasta al espectador, antes de que Mamba Negra tenga su espectacular enfrentamiento con Los 88 Locos que protegen a O-Ren Ishii.
Para la influencia oriental en la banda sonora, es invaluable el trabajo del productor The RZA, quien compuso la música original y seleccionó las canciones. Los antecedentes de The RZA se encuentran en la creación de la banda sonora de Ghost Dog: The Way of the Samurai, de Jim Jarmusch; y la producción de varios álbumes de la banda hip hopera Wu Tang Clan, que inspira sus sonidos en las cintas chinas de artes marciales.
Otro detalle en la musicalización es que se incluyen algunas piezas procedentes de bandas sonoras de clásicos del cine gore, como la sección de The Gran Duel, el western italiano de Luis Balaov o un clip del thriller Twisted Nerve, de Bernard Herrmann.
Curiosidades 'coleccionables'
El gusto de dotar a sus seguidores de curiosidades coleccionables, dan otro motivo para pensar que Tarantino no es un cineasta como cualquier otro.
El fetiche de buscar y encontrar las similitudes o maravillas en cada una de las películas de este cineasta no se quedaron atrás para la realización de las dos partes de Kill Bill.
Una de estas piezas coleccionables, la más reconocida y destacada, es su característico plano dentro del maletero –que aparece en todas sus películas y que ademas en todas hay un cuerpo humano dentro-.
También aparece su marca de cigarros Red Apple –inventada por él mismo para todas sus peliculas-, el Zippo -que en este caso fue utilizado por Michael Madsen-, su fetiche por los pies descalzos -en ocasiones en un primer plano-, o su propia aparición en la cinta, que en esta ocasión -según sus clavados seguidores que circulan por la red- está dentro de Los 88 Locos que se enfrentan a Mamba Negra, pero que es muy difícil de reconocer debido a las máscaras que utilizan y a la cantidad de locos que aparecen en la escena.
Un homenaje sin duda sorprendente a Bruce Lee, se suma a estas curiosidades. Mientras que Los 88 Locos que se hicieron famosos en Reservoir Dogs y Pulp Fiction, se encuentran en esta cinta con una pequeña máscara homenajeando al conjunto que llevaba Lee cuando dio vida a Cato en El Avispón Verde. Incluso en esta pelea, Mamba Negra lleva un traje amarillo con una ralla negra a los lados, que es una copia del traje que llevó Lee en Game of Death, la cinta que no terminó de rodar debido a su fallecimiento en 1973.
Quizá entre estas curiosidades cabe mencionar la creación del papel protagónico de la cinta, Mamba Negra, que interpreta Uma Thurman. Según se comenta el papel fue creado como un regalo que hizo Tatantino a Thurman por sus 30 años. Este personaje no sólo tomó forma con las ideas de Tarantino, sino que Thurman incorporó en él algunas de sus ideas. Es por ello que cuando Tarantino avisó a los productores del embarazo de Thurman en el inminente rodaje de la cinta, no hubo otro remedio que aplazar las fechas y dar tiempo para que Thurman tuviera a su hijo para después arrancar la filmación. Evidentemente fue un hecho agradecido ya que la actriz no sólo sorprendió a los espectadores con su impecable interpretación, sino también dejó perplejos a sus compañeros de producción.
"A Uma le costó aprender más que a los demás y tuvo que pelear con personas que llevaban haciéndolo toda la vida. Me impresionó mucho porque no dejaba de ensayar y repetir los movimientos hasta que los tenía dominados. Es una auténtica profesional", según declaró su entrenador de artes marciales, Sonny Chiba, tras el estreno del primer volumen de la cinta.
El gusto de dotar a sus seguidores de curiosidades coleccionables, dan otro motivo para pensar que Tarantino no es un cineasta como cualquier otro.
El fetiche de buscar y encontrar las similitudes o maravillas en cada una de las películas de este cineasta no se quedaron atrás para la realización de las dos partes de Kill Bill.
Una de estas piezas coleccionables, la más reconocida y destacada, es su característico plano dentro del maletero –que aparece en todas sus películas y que ademas en todas hay un cuerpo humano dentro-.
También aparece su marca de cigarros Red Apple –inventada por él mismo para todas sus peliculas-, el Zippo -que en este caso fue utilizado por Michael Madsen-, su fetiche por los pies descalzos -en ocasiones en un primer plano-, o su propia aparición en la cinta, que en esta ocasión -según sus clavados seguidores que circulan por la red- está dentro de Los 88 Locos que se enfrentan a Mamba Negra, pero que es muy difícil de reconocer debido a las máscaras que utilizan y a la cantidad de locos que aparecen en la escena.
Un homenaje sin duda sorprendente a Bruce Lee, se suma a estas curiosidades. Mientras que Los 88 Locos que se hicieron famosos en Reservoir Dogs y Pulp Fiction, se encuentran en esta cinta con una pequeña máscara homenajeando al conjunto que llevaba Lee cuando dio vida a Cato en El Avispón Verde. Incluso en esta pelea, Mamba Negra lleva un traje amarillo con una ralla negra a los lados, que es una copia del traje que llevó Lee en Game of Death, la cinta que no terminó de rodar debido a su fallecimiento en 1973.
Quizá entre estas curiosidades cabe mencionar la creación del papel protagónico de la cinta, Mamba Negra, que interpreta Uma Thurman. Según se comenta el papel fue creado como un regalo que hizo Tatantino a Thurman por sus 30 años. Este personaje no sólo tomó forma con las ideas de Tarantino, sino que Thurman incorporó en él algunas de sus ideas. Es por ello que cuando Tarantino avisó a los productores del embarazo de Thurman en el inminente rodaje de la cinta, no hubo otro remedio que aplazar las fechas y dar tiempo para que Thurman tuviera a su hijo para después arrancar la filmación. Evidentemente fue un hecho agradecido ya que la actriz no sólo sorprendió a los espectadores con su impecable interpretación, sino también dejó perplejos a sus compañeros de producción.
"A Uma le costó aprender más que a los demás y tuvo que pelear con personas que llevaban haciéndolo toda la vida. Me impresionó mucho porque no dejaba de ensayar y repetir los movimientos hasta que los tenía dominados. Es una auténtica profesional", según declaró su entrenador de artes marciales, Sonny Chiba, tras el estreno del primer volumen de la cinta.
El Tarantino que está por llegar
Tras Kill Bill, Tarantino no ha vuelto solo a la pantalla grande.
Como director invitado en Sin City, compartió los créditos de dirección con Robert Rodriguez, y repitiendo la mancuerna está por estrenar la película de terror Grind House, que estará en cartelera en abril próximo. Esta cinta estará dividida en dos partes: Planet Terror –escrita por Robert Rodríguez- y Death Proof –escrita por Tarantino- con duración de 160 minutos, incluyendo una sección, entre las dos partes, en la que se incluirán falsos trailers en homenaje al cine de serie B que da título a la película.
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