Por Lulú Sánchez
Mientras la hilarante y embarazosa comedia Borat continúa dominando el mundo y recaudando millones en las taquillas, sus demandantes aguardan turno en las filas de los juzgados.
Recientemente tuvo lugar en Nueva York la primera audiencia judicial contra 20th Century Fox, productora del falso documental del cómico británico Sacha Barón Cohen (mejor conocido como Borat), correspondiente a la demanda levantada por tres rumanos del pueblo de Glod, donde se rodaron algunas de las escenas de la cinta, por estafa, engaño y humillación en el rodaje.
Recientemente tuvo lugar en Nueva York la primera audiencia judicial contra 20th Century Fox, productora del falso documental del cómico británico Sacha Barón Cohen (mejor conocido como Borat), correspondiente a la demanda levantada por tres rumanos del pueblo de Glod, donde se rodaron algunas de las escenas de la cinta, por estafa, engaño y humillación en el rodaje.
A la demanda de 30 millones de dólares de estos rumanos se suman hasta ahora otras tres: de la cantante macedonia Esma Rexhpova quien asegura que fueron usadas dos de sus canciones en la cinta sin su consentimiento; del hombre que alega haber sido importunado por Borat en el baño de un lujoso restaurante; y la del Centro Europeo para el Estudio del Antiziganismo de Hamburgo por instigación al odio racial.
Esto sin considerar la presentada por dos estudiantes que alegaban que la productora les invitó a beber alcohol antes de hacer firmar el contrato, además de que les aseguraban que era un documental que se transmitiría sólo en Kazajistán y que fue desestimada por el juez Joseph Biderman quien aseguró que estos jóvenes no demostraron el mérito a su denuncia.
Engaño, falta a los derechos de autor e instigación a una serie de ofensas a distintos sectores de la sociedad conforman el estuche de monerías que hasta hace unas semanas había recaudado 112 millones de dólares tan sólo en las taquillas de Canadá y Estados Unidos, desde su estreno en la última semana de noviembre.
Protagonistas de un engaño
Los tres primeros demandantes, Nicolae Todorache, Spiridon Ciorobea y Nicolae Staicu pertenecen a la comunidad gitana en la que se rodó parte de la película. Staicu dijo que levantó su demanda en nombre de la comunidad gitana de Glod por engaño y humillación. Según Staicu, un abogado de las productoras de Borat lo contactó y le ofreció un arreglo extrajudicial. Ciorobea y Todorache aseguraron que les dijeron que se trataba de una película documental, no informaron que se trataba de una película de ficción que se iba a burlar de ellos. Ciorobea es presentado como soldador y ginecólogo de abortos, mientras Todorache aparece como violador.
El hombre que fue importunado en el baño asegura que el comediante británico se hizo pasar por un encargado del baño del Ristorante Divino, en Carolina del Sur, invadiendo su privacidad y mirándolo fijamente mientras usaba el urinario. Y aunque esta escena no aparece en la película si fue televisada en Comedy Central y publicada en Internet.
En cuanto a la demanda de los estudiantes, fue el segundo intento de demandar a la productora, tras fracasar en el intento de detener el estreno del filme en el que los dos estudiantes, acompañados de un tercero que no se sumó a la demanda, están visiblemente embriagados y realizan comentarios racistas y machistas mientras son entrevistados por el supuesto periodista de Kazajistán.
Impacto en la crítica
La comedia, que gira en torno al supuesto reportero de televisión más importante de Kazajistán (de perfil racista, antisemita y homofóbico –Borat-) en su viaje por Estados Unidos, saca a relucir los prejuicios de la sociedad estadounidense.
Y aunque quizá su único mérito sea haber inaugurado el género de “falso documental”, a la fecha se considera que Borat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan –nombre original de la cinta- es considerada una pieza indispensable en el acervo de cualquier crítico de cine.
¿Será el impacto mediatico el que influencia a la crítica para hacer esta afirmación?, ¿es en verdad Borat una pieza importante para el cine?. Lo único que ahora se puede afirmar es que las demandas siguen su curso, Borat continúa sumando tanto adeptos como detractores y enloqueciendo a los amantes del humor.
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