domingo, 4 de febrero de 2007

'Reefer Madness': el musical más alocado de todos los tiempos




Por Anna Sánchez
Este musical rodado en formato televisivo fue el único de su género que tuvo cabida en el Festival de Cine Fantástico de Sitges debido a su temática y a su visión paródica de la misma. Como su nombre indica, la trama gira en torno a la locura de la marihuana que va haciendo estragos cada vez más divertidos en los protagonistas.

Este musical tiene una historia real que se remonta a 1936 cuando en USA los más conservadores iniciaron un drama educativo llamado Reefer Madness para advertir a los jóvenes y a sus padres sobre los graves peligros del consumo de marihuana. Su discurso apocalíptico y sumamente catastrofista convirtió la película en una de las comedias más populares durante los años 70. Hace unos años, en 1997, Kevin Murphy y Dan Studney tuvieron la genial idea de convertirla en un musical off-Broadway que se ha hecho esperar hasta 2005. Ha valido la pena para ver el resultado final.

A nivel de crítica triunfó en Sundance y fue bastante bien acogido en Sitges a altas horas de la noche cuando lo programaron. Reefer Madness es un constante vaivén de risas, bailes y canciones. Es obligado verlo en versión original ya que, como todos deberíamos saber, no hay nada peor que un musical doblado a cualquier otro idioma que no sea el original, se pierde el 75% de la actuación e interpretación de los actores.
En esta ocasión hay un conjunto de actores sumamente caracterizados y muy bien elegidos, un cásting de lo más acertado sin duda y especialmente en el caso de Christian Campbell que no sólo aporta un físico ideal para su personaje sino una buena voz y mejor interpretación. Chris tiene la carita de ángel premarihuana y la cara más sexual y erótica postfumada.
Con un guión muy ingenioso y unas canciones muy originales Reefer Madness transporta a un mundo aparte donde el espectador (si es o ha sido fumador de maría todavía más) se siente sumamente a gusto rodeado de personajes que le cuentan sus penas y alegrías en un tono totalmente paródico sin discurso moral escondido y sin intención de concienciar o promover la marihuana, sino simplemente queriendo distraer, divertir y parodiar al máximo los estereotipos del camello mafioso que engaña a los jóvenes, de los pre adolescentes que fuman para ligar y, como no, de la locura que conlleva el fumar marihuana. Todo es muy exagerado y dichos estereotipos son llevados al extremo, así los personajes pueden pasar de ser angelitos a ser auténticos adictos al sexo y a fumar.
Cabe destacar dos cosas: el primer momento (ya citado) en que Chris prueba su primer porro y llega la gran transformación. Y por supuesto la figura de Dios parodiada en un reality show emitido desde el cielo en el que hasta el propio Jesús intenta advertir al protagonista sobre los peligros que conlleva la droga. Esta película incluye más de una docena de números musicales y recuerda ligeramente la estética de The Rocky Horror Picture Show (1975). Está recomendada para mayores de 16 años, fumetas o no, que quieran pasar un buen rato y reírse constantemente a la par que gozar de buenas actuaciones y una buena dirección. Eso sí, repito, en versión original.

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