domingo, 4 de febrero de 2007

Óscares ¿sabor tequila?




Por Lulú Sánchez

El cine mexicano no tiene mucho que festejar a pesar de las 16 postulaciones a los Óscares otorgadas a sus tres directores estrella de los últimos años.
El logro acumulado este año por las cintas de los directores Guillermo del Toro, Alejandro González Iñarritu y Alfonso Cuarón han marcado un hecho inédito en la cinematografía mexicana.
Sin embargo los que alardean el nuevo récord del talento mexicano en la respetada Academia estadounidense no son los únicos, ya que también y con la misma fuerza han levantado la mano los que lamentan que estas tres cintas no sean realmente producciones de México.
“La realidad es que no se trata de un reconocimiento para México, sino para los compatriotas con talento que trabajan en otro país y producen sus películas con capital extranjero” declaró tras el anuncio de las nominaciones el presidente de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), Pedro Armendáriz, al diario de la capital Mexicana, La Jornada.
Y es que, si bien la co-producción España – México del filme El Laberinto del Fauno (nominada en seis categorías) otorga cierto mérito al apoyo mexicano, las otras dos: Babel (con siete nominaciones) y Children of Men (con tres nominaciones) son en su totalidad producciones extranjeras.
Se recicla la eterna historia de la fuga de cerebros y la interminable lucha por los recursos y el apoyo a la cultura en México.
Pero ahora que son más evidentes el talento y las ganas de hacer cine, no es posible que sean ignorados.
Y es que no sólo se suman los nombres de los mexicanos involucrados en estas tres cintas, sino además está el empeño de los que trabajaron las más de doscientas películas producidas en el anterior sexenio.
El problema indica un fuerte epicentro en la distribución y exhibición.
Según datos mencionados por el catedrático Jorge Ayala Blanco del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la máxima casa de estudios mexicana, la UNAM, en entrevista en la CNN, tan sólo el 40 por ciento de esas más de docientas cintas han logrado ser exhibidas.
El catedrático habló de una especie de “embargo” en tierra propia.
Otros añaden la falta de incentivos por parte del gobierno. Y a ello agrégenle otras miles de “maravillas” que suelen hacer de México un país de ficción inaudita. Ésta que nutre a sus talentos para no dejar abajo el nombre de su país el próximo 24 de febrero en Los Ángeles.

Con la estatuilla en la mano
El primer y último mexicano en recibir la estatuilla de los Óscar ha sido Gonzalo Gavira, y su equipo de efectos especiales, por su trabajo en la película El Exorcista.
Este año la esperanza de cambiar la historia se multiplica por 16.
Sólo queda terminar de rellenar la quiniela y cruzar los dedos.

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