jueves, 30 de noviembre de 2006

¡Anímate!: selección de dos cortos de Animatic










Por Anna Sánchez



1. 'Do You Have The Shine?'
Esta magnífica pieza de casi seis minutos de duración es el mero reflejo de la tensión e incluso el miedo que se puede pasar ante una pantalla de televisión (o de ordenador ya que recuerda mucho a un videojuego) a la espera de que llegue ese “final fatal” que se espera entre ansioso y receloso.
Do you have the shine? es un texto ante todo postmoderno e intertextual. Siendo animación creada gráficamente y sin ser un juego de interacción directa, este corto animado acaba cumpliendo la misión de un videojuego. No se debe interactuar mediante joystick u otros accesorios típicos sino que el visionado va más allá de lo clásico para apelar y guiar al espectador mediante acciones. No desvelaré el leit motiv de la pieza pero sí puedo decir que no se puede cerrar los ojos o…

Al igual que en los videojuegos hay unas reglas, una misión y un castigo si fracasas, en este caso tu muerte. No se trata de nada más (ni menos) que de seguir vivo con una serie de sencillos códigos que se te dan al principio de la partida/visionado.
En este sentido, el factor postmoderno de mezcla de soportes (cine de animación y videojuegos) y géneros (misterio, aventura gráfica) está muy latente en lo que dura el corto.
Otro punto a destacar es la intertextualidad. Como su título indica, hace alusión de manera directa a The Shinning, la película de terror del consagrado Stanley Kubrick; dicha intertextualidad y la interacción con el texto llegan a ser tan estrechas que el propio espectador se convierte en Danny, el niño que posee el resplandor en el film, y debe vagar por los pasillos del más que conocido hotel donde sucede la película.

Este "juegometraje", si se me permite el uso del término, es más que recomendable si quieres ya no ver, sino enfrentarte a algo inquietante y novedoso.

2. 'Eat'
Este corto de Bill Plympton aparentemente dibujado con trazos despreocupados y con una banda sonora rozando la lírica desemboca en una historia casi grotesca que tiene lugar en un restaurante parisino.
Sin diálogos entendibles y deformando a los cartoons protagonistas es un corto puramente visual y metafórico que refleja de manera irónica y muy original temas tales como la rutina dentro del matrimonio, el deseo, la ansiedad y la angustia. Sobre todo es un corto que no deja indiferente, te puede incomodar bastante su visionado hasta el punto de no gustarte, pero una cosa está clara y cabe destacarla: esta pieza muestra en dibujos y mediante alimentos (son su parte central) lo que todos hemos pensado alguna vez; ya sea de nuestra pareja, de niños que comen en la mesa de al lado y no dejan de incordiar, de la gente que escupe al hablar o simplemente de las cuentas desorbitadas.
Una obra que recuerda por momentos a la magnífica The meaning of the life en su parte final y que siendo un tanto punzante reclama una atención casi absoluta por parte del espectador.

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